Las raíces árabes del flamenco

Los orígenes del flamenco se pierden en la historia de España. Los misterios de esta música y de este baile típicos incluyen el origen de la palabra «flamenco».

El flamenco es un estilo de vida centrado en torno a esta música española. El escritor andaluz Blas Infante, también historiador y musicólogo, afirma en su libro «Orígenes de lo flamenco y secreto del cante jondo» que la palabra flamenco es de origen hispano-árabe. Derivaría de la palabra fellahmengu que quiere decir «labrador huido o expulsado».  

Infante relaciona esta palabra con los Moriscos, musulmanes convertidos al catolicismo, que se habrían mezclado con los recién llegados gitanos para huir de la persecución religiosa.   Para algunos académicos la etimología de la palabra guarda relación con Flandes que para algunos es el origen de los gitanos (flamenco es todo lo perteneciente o relativo a Flandes en castellano).  En el siglo XIV el término designaba a los gitanos (gitanos o flamencos).

La música flamenca nace en un periodo histórico de agitación: la Edad Media. Es la época de las persecuciones religiosas a musulmanes, sefardíes y gitanos. Los musulmanes y sefardíes fueron expulsados de la Península por los Reyes Católicos en 1492.   Muchas melodías y canciones del flamenco reflejan la desesperación, lucha y esperanza del pueblo perseguido. Los cruces entre los reinos musulmanes y cristianos fueron escenarios de intercambio cultural y artístico. El flamenco nació de los espacios compartidos por árabes, sefardíes, cristianos y gitanos.

Para entender mejor el flamenco hay que prestar atención al bagaje cultural y musical de la Península desde la Antigüedad.  La influencia árabe en la Península remonta a más de mil años, en concreto a la invasión árabe del año 711 d.-C. Las influencias musicales norteafricanas se desarrollan a partir de entonces.  Los árabes y los musulmanes trajeron sus formas musicales a la Península. El Emirato de Córdoba y más tarde el Califato de Córdoba se convirtieron en centros influyentes en los mundos cristiano y musulmán y atrajeron músicos de los países islámicos.  La presencia de los árabes ha contribuido a forjar la identidad cultural de España. El grado de influencia árabe en la cultura, las costumbres y la lengua varía enormemente de Norte a Sur. Mientras que la música del norte de la península tiene influencias celtas de la época prerromana, la música meridional tiene un aire más oriental.   

La última influencia importante es la de la comunidad sefardí.   Los sefardíes formaban un grupo étnico importante que gozaba de relativa autonomía y mantenía su religión, sus ritos y costumbres. Contribuyeron a reforzar el toque oriental de las formas musicales.   Algunos palos del flamenco como las Peteneras serían de origen sefardita.

La creciente importancia del nacionalismo cultural andaluz ha forzado la recuperación del origen árabe del flamenco. La importancia de los árabes y los musulmanes en la cultura y la historia de España volvió a ponerse de relieve en la década de 1930. El andalucismo (el nacionalismo cultural andaluz) creció durante esos años y floreció después de la muerte del dictador Francisco Franco en 1975. 

El flamenco es una mezcla de culturas entre lo antiguo y lo moderno. Músicos de las dos orillas del Estrecho de Gibraltar colaboran para recuperar sus raíces musicales, recordar los triunfos y las tragedias culturales históricas y explorar su patrimonio común. Las cuerdas de la guitarra flamenca son parecidas a los tonos de la Kamancheh (un violín marroquí) y vienen respaldadas por el ruido frenético de las castañuelas y el ritmo de los tambores de tipo árabe.  Las letras son en árabe y/o en castellano e incluso se cantan a la vez. El resultado de la música andalusí es mágico. El flamenco moderno es el resultado de esta fusión.

 

 

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